entrevistado: Antonio Dolera
Paititi o Paitití es una ciudad legendaria de la cual se dice está actualmente perdida al este de los Andes, escondida en alguna parte de la selva tropical del sureste de Perú, norte de Bolivia y suroeste de Brasil (especialmente en la región del Acre).Es una "continuación" de El Dorado porque ésta ciudad era rica en oro.
Leyenda [editar]En Perú la leyenda gira en torno al héroe cultural Inkarri, quien después de fundar Q'ero y Cusco se retiró hacia la selva de Pantiacolla, a vivir sus últimos días en la ciudad de su refugio, Paitití.
Otras versiones de la leyenda habla de Paititi como un refugio de los Incas en la zona fronteriza entre Bolivia y Brasil.
En Bolivia, muchos exploradores españoles la buscaron,descubriendo pueblos indígenas que fueron evangelizados posteriormente por los misioneros.Llegaron a toparse con cantidades de oro,pero no era lo que se describía según la leyenda del Paitití.
Túpac Amaru II [editar]El 4 de noviembre de 1780 se inician el movimiento de José Gabriel Condorcanqui contra la dominación española, adoptando el nombre de Túpac Amaru II, en honor de su antepasado el último Inca de Vilcabamba. Túpac Amaru se declara Inca y además Señor del Amazonas con dominio en el Gran Paititi, y jura con el siguiente bando su coronación: "...Don José Primero, por la gracia de Dios, Inca rey del Perú, Santa Fe, Quito, Chile, Buenos Aires y Continentes de los Mares del Sur, Duque de la Superlativa, Señor de los Césares y Amazonas con dominio en el Gran Paititi, Comisario Distribuidor de la Piedad Divina, etc...".[1]
Supuesto descubrimiento [editar]En 2001, el arqueólogo italiano Mario Polia descubrió en los archivos de los Jesuitas en Roma un informe del misionario Andrea López. En este informe, cuyo origen data de alrededor del año 1600, López habla de una ciudad grande, rica en oro, plata y joyas, ubicada en medio de la selva tropical, cerca de una catarata llamada Paititi por los nativos. López informó al Papa de su descubrimiento, pero algunas teorías conspiracionistas cuentan que el lugar exacto de Paititi ha sido mantenido en secreto por el Vaticano.
Quienes suponen que el mito refleja una realidad concreta, sugieren que la ciudad del Paititi y sus riquezas se encuentran probablemente en las selvas montañosas del sureste peruano, en el departamento de Madre de Dios, en algunos de los valles actualmente íncluidos dentro del Parque Nacional del Manú, al este del Cerro Atalaya, hacia los lugares llamados Pantiacolla en cuyas cercanías existen sugestivos montículos llamados "pirámides" de Paratoari, aunque estos llamativos montículos piramidales vistos desde el aire y recubiertos de densa yunga parecen ser formaciones geológicas naturales.
En cuanto a la malograda expedición realizada por Percy Harrison Fawcett, éste buscaba una ciudad perdida en la Amazonia en zonas próximas a las fronteras de Brasil con Bolivia y Perú, a tal ciudad le dio el nombre Ciudad perdida de Z, en las hipótesis de éste explorador tal ciudad se confundía con la supuesta del Paititi aunque más al este, en la región del río Xingú (o Shingu). Lo más probable es que Fawcett haya mal interpretado textos (en los que resonaba la leyenda del Paititi) y relatos antiguos creyendo que el sistema de grandes aldeas pobladas por amazonidos agricultores e interconectadas por pistas constituían una urbe en el sentido usual de la palabra (con palacios y edificios de mampostería).
Exploradores
Desde entonces, se han llevado a cabo investigaciones más serias asociadas con Paititi en lugares perdidos de montañas y selvas peruanas. Algunos de estos nuevos exploradores han sido el médico y explorador peruano Carlos Neuenschwander Landa, el sacerdote salesiano argentino Juan Carlos Polentini Wester, por informaciones y relatos del hacendado Aristides Muñiz Rodríguez de la zona de Lares y Lacco como lo relata el libro "Paititi En la Bruma de la Historia", y "Paititi" de Editorial Salesiana y, desde 1984, hasta fechas reciente (2007), el psicólogo/explorador Gregory Deyermenjian (EEUU) y el explorador/cartógrafo Paulino Mamani (Perú).
Leyenda [editar]En Perú la leyenda gira en torno al héroe cultural Inkarri, quien después de fundar Q'ero y Cusco se retiró hacia la selva de Pantiacolla, a vivir sus últimos días en la ciudad de su refugio, Paitití.
Otras versiones de la leyenda habla de Paititi como un refugio de los Incas en la zona fronteriza entre Bolivia y Brasil.
En Bolivia, muchos exploradores españoles la buscaron,descubriendo pueblos indígenas que fueron evangelizados posteriormente por los misioneros.Llegaron a toparse con cantidades de oro,pero no era lo que se describía según la leyenda del Paitití.
Túpac Amaru II [editar]El 4 de noviembre de 1780 se inician el movimiento de José Gabriel Condorcanqui contra la dominación española, adoptando el nombre de Túpac Amaru II, en honor de su antepasado el último Inca de Vilcabamba. Túpac Amaru se declara Inca y además Señor del Amazonas con dominio en el Gran Paititi, y jura con el siguiente bando su coronación: "...Don José Primero, por la gracia de Dios, Inca rey del Perú, Santa Fe, Quito, Chile, Buenos Aires y Continentes de los Mares del Sur, Duque de la Superlativa, Señor de los Césares y Amazonas con dominio en el Gran Paititi, Comisario Distribuidor de la Piedad Divina, etc...".[1]
Supuesto descubrimiento [editar]En 2001, el arqueólogo italiano Mario Polia descubrió en los archivos de los Jesuitas en Roma un informe del misionario Andrea López. En este informe, cuyo origen data de alrededor del año 1600, López habla de una ciudad grande, rica en oro, plata y joyas, ubicada en medio de la selva tropical, cerca de una catarata llamada Paititi por los nativos. López informó al Papa de su descubrimiento, pero algunas teorías conspiracionistas cuentan que el lugar exacto de Paititi ha sido mantenido en secreto por el Vaticano.
Quienes suponen que el mito refleja una realidad concreta, sugieren que la ciudad del Paititi y sus riquezas se encuentran probablemente en las selvas montañosas del sureste peruano, en el departamento de Madre de Dios, en algunos de los valles actualmente íncluidos dentro del Parque Nacional del Manú, al este del Cerro Atalaya, hacia los lugares llamados Pantiacolla en cuyas cercanías existen sugestivos montículos llamados "pirámides" de Paratoari, aunque estos llamativos montículos piramidales vistos desde el aire y recubiertos de densa yunga parecen ser formaciones geológicas naturales.
En cuanto a la malograda expedición realizada por Percy Harrison Fawcett, éste buscaba una ciudad perdida en la Amazonia en zonas próximas a las fronteras de Brasil con Bolivia y Perú, a tal ciudad le dio el nombre Ciudad perdida de Z, en las hipótesis de éste explorador tal ciudad se confundía con la supuesta del Paititi aunque más al este, en la región del río Xingú (o Shingu). Lo más probable es que Fawcett haya mal interpretado textos (en los que resonaba la leyenda del Paititi) y relatos antiguos creyendo que el sistema de grandes aldeas pobladas por amazonidos agricultores e interconectadas por pistas constituían una urbe en el sentido usual de la palabra (con palacios y edificios de mampostería).
Exploradores
Desde entonces, se han llevado a cabo investigaciones más serias asociadas con Paititi en lugares perdidos de montañas y selvas peruanas. Algunos de estos nuevos exploradores han sido el médico y explorador peruano Carlos Neuenschwander Landa, el sacerdote salesiano argentino Juan Carlos Polentini Wester, por informaciones y relatos del hacendado Aristides Muñiz Rodríguez de la zona de Lares y Lacco como lo relata el libro "Paititi En la Bruma de la Historia", y "Paititi" de Editorial Salesiana y, desde 1984, hasta fechas reciente (2007), el psicólogo/explorador Gregory Deyermenjian (EEUU) y el explorador/cartógrafo Paulino Mamani (Perú).
En este programa entrevistamos a Antonio Dolera Cameraman que participo en la documentacion y expedicion en el año 2007 en la busca de Paititi en Peru.
Un enlace de interes para visitar sobre este tema: http://www.granpaititi.com/ES/accueil.php
Me parece mal que esperen que vengan extranjeros a meterse en aspectos que los propios Incas quisieron guardar, ellos ven al Paititi como una forma de hacerse ricos y famosos, si respetan a los Incas ya sabran que ellos intencionalmente lo han ocultado, no querían que ningún extranjero vuelva a meter mano en lo ajeno, la gloria es de los Incas, si descubren una piedra no es más que recordarles lo que nuestra gente hace y puede hacer mucho, para empezar cargen sus propias mochilas y carpas, no por venir con euros hagan cargar a los herederos la carga pesada, hablan de ellos como "indígenas" cuando sus abuelos fueron los INCAS, dueños del oro que estos aventureros buscan.
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